Rafa Saavedra

Rafa Saavedra

La infancia en Alemania

Rafael Saavedra San Miguel (Rafa para los amigos) nació el 21 de noviembre de 1967 en Hilden, una pequeña ciudad alemana, cercana a Düsseldorf, la cuna del techno si se tiene a Kraftwerk por su precursor, a la que sus padres, Máximo y Eva fueron a parar debido al fenómeno de la emigración.

¿Cuál es el primer recuerdo que Rafa guarda de Alemania? Pues una visita al “Keller”, especie de trastero lúgubre, con pilares de madera y entrada por escalera suicida que había en los bajos de la casa de Bahnhofsallee en la que nació. En ese cuarto se amontonaban un sin fin de hierros, cables y armarios negros que luego resultaron ser la preciosa batería Premier verde botella de Pepe, el Marschall de Tony, el teclado Farfisa de su tío Lito (hermano de su padre y compañero en la aventura alemana), y tantas cosas más que eran propiedad del muy afamado y más aclamado conjunto musical de Renania, sobre todo para la numerosa colonia española que residía en ese Land: LOS BENIDORM. Esta fue la primera vivencia de la que Rafa es consciente. El contacto de Rafa con la música se limitó durante sus primeros cuatro años a estar rodeado de instrumentos.

Con motivo del inicio de la vida escolar de Rafa, sus padres deciden finalmente regresar a España. De esta manera, Rafa se vio sentado en una furgoneta Volkswagen con destino Santander, y tras una breve estancia, toma un avión rumbo a Tenerife, donde fijan definitivamente su residencia, comenzando una nueva vida.

Los padre de Rafa decidieron matricular a su hijo en el Colegio Aleman de Santa Cruz de Tenerife, básicamente aprovechando que durante el último año y medio en Alemania, al pequeño Rafa le había calado el idioma, siendo admitido en la rama alemana del Colegio.

El primer contacto de Rafa con un instrumento fue con un timple que residía en la habitación de su tio.José Luís. En honor a la verdad había también guitarras, pero el timple era muy manejable y quizás fue el punto, o la golosina que impulsó definitivamente a Rafa en el mundo de la música. Realmente sólo había que descubrir que a medida que deslizaba los dedos por los trastes, el sonido era más grave o más agudo; todo se resumía en eso.

De repente, Rafa dejó de producir sonidos sólo por la boca. Era característico que acompañase los desayunos, almuerzos y cenas con melodías, a veces conocidas y otras inéditas, pero ahora estaba también el timple. Y en fin, una cosa llevó a la otra. Desde su llegada a Tenerife, la entrada de la vivienda estuvo “adornada” con un cacharro negro, mucho más alto que Rafa, del que destacaban las siglas FBT, así que un buen día Rafa preguntó si servía para algo. Debió coger algo desprevenido a su padre, quien, quizás para rememorar sus gloriosos recuerdos musicales, se atrevió a desenfundar una preciosa guitarra Fender Mustang azulona y, tras enchufar aquél enorme bicho, un enorme estruendo simultáneo a la activación de la palanca “on” destapó definitivamente la conexión de Rafa con la música.

Raro era el fin de semana en el que no se oía en esa casa la petición: “ papi, ¿enchufas la guitarra eléctrica?” Así que por el octavo cumpleaños, los papás regalaron a Rafa una guitarra española, con la que se permitían mayores momentos de relax. Al menos habían mejorado su batalla contra el volumen. Bueno, salvo el día en que se la regalaron. La guitarra española encajaba a la perfección con las preferencias musicales de la familia paterna (eran muy parranderos) y en las reuniones familares Rafa descubrió que que había una sucesión de acordes que hacían que una canción tuviese un principio y un final; todo muy cavernícola, pero muy palpable e intuitivo; en definitiva, un lenguaje muy fácil.

Paralelamente, al terminar 5º de EGB, Rafa pasaría a la rama española del Colegio Alemán, y ello conllevó que hubiera nuevos compañeros, entre ellos a su eterno compañero de viaje, Francis Díaz, con quien desde el primer momento estrechó un vínculo que ha sido una constante hasta estos días.
Todo ese cambio coincidió con un cambio sociológio en Gran Bretaña; el punk y su estela estaban ahí, y aunque Rafa no le ponía etiqueta, lo cierto es que entre sus tres primeros singles se encuentran “Message in a bottle” y “Brass in pocket&rdquo.

Un verano en Santander, con su primo Oscar, descubrió el “London Calling” (precio especial 2 por 1, pvp 600 Ptas.). Fue el verano de “Mari Pili está a mi láo, ….. oh … oh… oh ….oh “. En su siguiente encuentro con su primo lo que descubrió fue un disco doble de los Ramones (It`s Alive), y el despampanante “ I`don`t care”. A Rafa no le caló inicialmente la pose, la imagen, o la actitud transgresora que había detrás de ese sonido. Simplemente lo que escuchaba le gustaba.

Esa época fue en la que construyó el puzzle junto con Rober y Francis, con lo que empezaron a nacer sus primeras canciones. Tenían realmente una esencia punk y eso puede observarse a día de hoy, pero era prácticamente irreconocible ese núcleo porque a la hora de llevarlas al cuarto de ensayo, ni el sonido de guitarra, ni la forma de tocar el bajo y la batería llevaban el oído hacia el punk. Eran tres cabezas liberadas de estereotipos las que se ponían en funcionamiento como Estado Sólido.

Lo que ocurrió a continuación es la historia de "Estado Sólido", posteriormente "La Pista Búlgara", sus únicos proyectos de banda, ya que en solitario utiliza u seudónimo “REIF”.